¿Cuáles son las ventajas de implantar las normas BRC o IFS en tu empresa?
- Daniel Rico
- 2 oct 2024
- 3 Min. de lectura

Dos de las normativas más importantes en el ámbito de la gestión de la calidad y la seguridad alimentaria son las normas BRC (British Retail Consortium) e IFS (International Featured Standards). Ambas son reconocidas a nivel internacional y ofrecen a las empresas una certificación, que representa el compromiso de estas con la calidad y la seguridad de los productos que ofrecen. A continuación, se detalla el origen de cada una de estas normas, ya que, aunque estas tienen una clara relación, también presentan diferencias entre ellas.
BRC: fue creada en el Reino Unido, por el Consorcio Minorista Británico, está diseñada para proveedores que quieren comercializar en cadenas de distribución del Reino Unido.
IFS: se desarrolló en conjunto por distribuidores alemanes, franceses e italianos, con un enfoque paneuropeo.
Las principales ventajas de implantar estas normativas en tu empresa son las siguientes:
1. Mejora de la confianza del cliente
Sendas normas son reconocidas mundialmente, por garantizar altos niveles de seguridad alimentaria y calidad. A través de la obtención de estas certificaciones, se aumenta la confianza de los clientes asegurándose de que la empresa cumple con estándares internacionales rigurosos. Al demostrar que los productos cumplen con normativas estrictas, las empresas pueden destacar en el mercado, dando una mejor imagen.
2. Acceso a nuevos mercados y oportunidades de negocio
Cada vez más, las grandes cadenas de distribución y minoristas exigen que sus proveedores estén certificados bajo estas normas, para establecer relaciones comerciales. Además, las empresas que cuentan con estas certificaciones suelen ser mejor vistas, lo que puede facilitar nuevas oportunidades de negocio y colaboraciones a nivel global.

3. Mejora continua y eficiencia interna
La implantación de normativas como BRC o IFS fomenta una cultura de mejora continua dentro de la empresa. Estas certificaciones requieren la implementación de procesos claros y estructurados que mejoran la eficiencia operativa. Al optimizar procesos y establecer controles más estrictos, las empresas pueden reducir el desperdicio, evitar errores e incluso, minimizar costes. El cumplimiento de estos estándares también implica la formación continua del personal, dando lugar a unos trabajadores más competentes.
4. Reducción de riesgos y mayor control de la seguridad alimentaria
Una de las principales preocupaciones para las empresas del sector alimentario es la gestión de riesgos, relacionados con la seguridad de los productos. Dichas normas proporcionan un marco integral para identificar y gestionar estos riesgos, contribuyendo a prevenir incidentes, que puedan afectar a la salud pública o dañar la reputación de la empresa. Contar con una certificación en estas normas asegura:
La implementación de medidas preventivas
El cumplimiento de regulaciones legales
El mantenimiento de un enfoque riguroso hacia la inocuidad alimentaria.
Todos estos hábitos no solo sirven para proteger al consumidor, sino también a la propia empresa, frente a sanciones legales e importantes pérdidas económicas, por retiradas de productos.

5. Cumplimiento normativo y legal
Otra ventaja clave es que la implantación de las normas BRC o IFS asegura que la empresa cumple con las normativas legales vigentes en los mercados donde opera. Estas certificaciones están alineadas con los requisitos legislativos de varios países, lo que facilita el cumplimiento regulatorio.
6. Mejora de la reputación corporativa
La obtención de una certificación BRC o IFS es una prueba tangible del compromiso de la empresa con la calidad y la seguridad. Esto no solo mejora la percepción de los clientes y socios comerciales, sino también la de otros grupos de interés, como reguladores, inversionistas y empleados. Una empresa que se adhiere a estándares reconocidos internacionalmente transmite confianza, seriedad y responsabilidad en todos los aspectos de su operación, lo que refuerza su posición en la industria.
Conclusión
Implantar la norma BRC o IFS en una empresa ofrece numerosas ventajas, desde la mejora de la confianza del cliente hasta la apertura de nuevas oportunidades de negocio. Además, estas certificaciones promueven la eficiencia interna, reducen riesgos y aseguran el cumplimiento normativo, dentro del sector agroalimentario.
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